La Facultad de Ingeniería adquiere su primera impresora 3D, con el fin de ofrecer a los estudiantes la posibilidad de prototipar y diseñar sus propias piezas para aplicarlas en áreas de la Ingeniería Electrónica, Software, Civil y Ambiental.
El nuevo equipo está disponible para las prácticas de nuestra comunidad, lo cual contribuirá al desarrollo de competencias en el campo del diseño de elementos con alto grado de precisión en la ingeniería.
Desde aquel 1981 cuando Hideo Kodama en el Instituto de Investigaciones de Nagoya, presentó sus métodos de fabricación de modelos de plástico tridimensional con polímero fotoendurecible, trabajos que han transcurrido por muchos adelantos en la impresión en 3D. La historia cuenta que en 1984 los franceses Alain Le MAehaute y Olivier de Witte mostraron al mundo su patente del proceso de estereolitografía y General electric abandonaba el proyecto por falta de perspectiva empresarial.
Finalmente, Chuck Hull desarrolló el método en el que actualmente se basa la impresión 3D, adición de capas mediante curado de polímeros con láser ultravioleta. El término «impresión en 3D» se refería originalmente a un proceso que empleaba cabezales de impresión de chorro de tinta estándar y personalizados. Proceso y término inventado en el MIT por el profesor Emanuel Sachs por las mismas fechas.
La tecnología utilizada por la mayoría de las impresoras 3D hasta la fecha —especialmente los modelos para aficionados y orientados al consumidor— es el modelado por deposición fundida, una aplicación especial de extrusión de plástico. Las aplicaciones de la impresión 3D son múltiples, van desde campos de la robótica, la arquitectura, el diseño estructural, hasta campos como la medicina, la odontología.
Estas herramientas pueden utilizar como base un gran abanico de materiales. Entre ellos, encontramos los más comunes: ABS y PLA. El primero es un plástico extremadamente duro y resistente a altas temperatura. En el caso del PLA, es un plástico más blando, rápido de imprimir y que además no emite gases en el proceso.
Sin embargo, se pueden aplicar muchísimos más materiales en función de la habilidad del impresor. Teniendo esto en cuenta, veremos algunas utilidades muy variopintas de las impresoras 3D.
Para nuestro modelo educativo es muy importante la aplicación de los conocimientos, apoyados con nuevas tecnologías, de tal forma que el desarrollo de las competencias de los estudiantes permita la aplicación y generación de soluciones basadas en la ingeniería.