En esta fecha tan especial e importante publicamos el discurso de María Marcela Tulcán López, estudiante de octavo semestre del programa de enfermería, quien con sus propias palabras nos contó el significado de este importante encuentro.
En este día memorable se cumple un sueño, tras años de trabajo, de entrega constate, de disciplina, de perseverancia y obstáculos personales ante las adversidades, que en el camino se presentaban y sobre todo de momentos que nos enseñaron la razón por la cual debíamos seguir adelante.
Hoy en esta ceremonia de imposición de insignias, nos reunimos para celebrar
no solo nuestros logros individuales, sino también el compromiso colectivo y la responsabilidad que adquirimos como futuros profesionales de enfermería. A lo largo de este camino hemos crecido en conocimiento y experiencia; pero, detrás de cada paso que damos, de cada éxito que celebramos, hay un mar de apoyo y dedicación que nos impulsa hacia adelante.
A nuestros padres y familiares, les expresamos nuestra gratitud más profunda. Ustedes han sido nuestros pilares, nuestra fuente de inspiración y sostén incondicional en todo momento. Gracias por creer en nosotros, por alentarnos y por sacrificarse para que pudiéramos alcanzar este momento tan anhelado.
A nuestros queridos docentes les debemos un agradecimiento eterno. Su sabiduría, su paciencia y su compromiso con nuestra formación ha sido fundamental en nuestro camino hacia la excelencia no solo académica, sino personal, cada lección impartida, cada consejo brindado y cada muestra de apoyo nos ha guiado y fortalecido en el viaje hacia el arte de cuidar y amar esta bella profesión.
Gracias por crear un ambiente de aprendizaje enriquecedor, por fomentar la excelencia académica y por impulsarnos a alcanzar nuestras metas y sobre todo gracias infinitas por creer en cada uno de nosotros.
A mis queridos compañeros y futuros colegas, les digo que este día disfrutemos de este logro conseguido. Que hoy es el mejor momento de nuestras vidas, que sigamos trabajando juntos, apoyándonos mutuamente, dando lo mejor de sí mismos y construyendo un futuro donde nuestra pasión por la enfermería marque la diferencia en el mundo, y sobre todo que no paremos de soñar.
En este día de celebración y gratitud infinita, recordemos siempre que nuestras insignias no son solo símbolos de nuestro compromiso con esta noble profesión, sino también son recordatorios de la ética y responsabilidad que debemos poner en practica al ejercer como profesionales. Sigamos adelante con humildad, determinación y compasión, siempre recordando el privilegio que tenemos de servir y cuidar a los demás.
Gracias a todos por estar aquí y por ser parte de este momento tan especial en nuestras vidas. Que esta ceremonia sea el comienzo de un viaje lleno de éxitos y realizaciones para todos nosotros.