La formación de las sociedades está sujeta a variables sociales, económicas, jurídicas y religiosas que determinan etapas de la historia de la humanidad, pero la interacción gravitatoria de la justicia es la que mantiene el equilibrio social necesario para generar espacios de protección y garantías de los derechos humanos. Por tanto, la historia de la humanidad es una constante tensión de fuerzas reales de poder que dinamizan las relaciones sociales (Lassalle, 1862). Una manifestación de esas tensiones son las leyes que permiten regular la conducta humana en beneficio de la paz, puesto que una sociedad que navega por los infructuosos mares de la violencia decrementa sus indicies de desarrollo social.
Por otro lado, las visiones de la justicia se caracterizan por tener dos enfoques: cosmológico y antropológico (Miguel, 2020). En el primer enfoque, se distingue porque busca dar respuesta por medio de las deidades, entidades universales, fenómenos naturales, las relaciones sociales que garantizaran la paz y el goce efectivo de los individuos. Desde el enfoque antropológico, la justicia parte del ser humano como centro de estudio de los problemas de la humanidad, encajando las perspectivas de moralidad, biología, ética, sociedad, aportes que fueron desarrollados a través de los siglos por como: Platón, Aristóteles, Cicerón, Tomas de Aquino, Rawls, Sen, Fraser y Sandel, entre otros. Este enfoque nutrifica sus estudios por medio de análisis morales y éticos, como consecuencia nacen la instauración de principios que guían sus estudios y aplicabilidad.
Paralelamente, la justicia no es ajena a los problemas morales y éticos, ya que, la historia de la humanidad se sintetiza en una constante pugna de la justicia y la injusticia. Porque somos justos cuando nuestros intereses privados no afectan los derechos y garantías de nuestros semejantes, en cambio, no somos justos cuando nuestros intereses privados afectan los derechos y garantías de nuestros semejantes. Sin embargo, la justicia como objeto simbólico de autoridad, es un referente de los imaginarios colectivos que determina los grados de satisfacción de las personas que acuden al sistema judicial en aras de solucionar las diferencias y de resarcir un daño. Si dentro de la sociedad existe una percepción negativa de la justicia, el grado credibilidad sobre el sistema decae.
En este sentido, “el razonamiento público y los debates son esenciales en la búsqueda de la justicia" (Sen, 2009, pág. 427). Por tal razón, es perjudicial que las sociedades no tengan un ideal de respeto hacia la justicia porque la tensión que existe genera efectos sistematizadores de patrones sociales que puede llevar a la anarquía y convulsiones sociales, donde la búsqueda de la justicia privada sea el común denominador en la solución de conflictos.
Para finalizar, la justicia es la piedra angular de las sociedades, porque su efecto de equilibrador social permite armonizar la constante tensión social. Las dos sendas de estudio de la justicia permiten dar respuesta a los interrogantes que subsisten de buscar respuesta a los interrogantes.
Referencias
Lassalle, F. (1862). ¿Qué es una Constitución? Berlín: Editorial: Ariel.
Miguel, A. R. (2020). Una filosofía del derecho en modelos históricos: De la Antigüedad a los inicios del constitucionalismo. Madrid, España: Editorial Trotta.
Sen, A. (2009). La idea de la justicia . Buenos Aires: Taurus.
Autor: Freimar Smith Tirado Valdiris
Estudiante de noveno semestre de Derecho, Campus Montería.