Omnicanalidad: estrategia, gestión y experiencia del consumidor en Colombia

Montería
22/11/2025

La omnicanalidad es más que una tendencia: es una capacidad estratégica

Es importante subrayar que la omnicanalidad no debe entenderse únicamente como una estrategia de ventas o de marketing digital. Su verdadero alcance es organizacional.

​En la actualidad, hablar de omnicanalidad es hablar de la forma en que las organizaciones se relacionan con sus clientes en un mundo cada vez más digital y conectado. No se trata únicamente de tener presencia en múltiples canales, sino de integrarlos bajo una misma estrategia que garantice experiencias consistentes y fluidas, sin importar el punto de contacto.

El concepto ha evolucionado desde la multicanalidad, en la que las marcas desplegaban esfuerzos en diferentes plataformas de forma independiente, hacia la omnicanalidad, que busca la convergencia de todos los canales en torno a un eje central: el consumidor. En este nuevo paradigma, lo importante no es cuántos canales tiene la empresa, sino la capacidad de que el cliente viva una experiencia unificada y sin fricciones.

De la teoría a la práctica: casos en la región

En América Latina, varias marcas han entendido la relevancia de este enfoque:

  • Juan Valdez ha logrado articular tiendas físicas, su e-commerce, presencia en aeropuertos y supermercados, además de aplicaciones de domicilios. El resultado es que el consumidor puede vivir la marca de forma coherente, ya sea en una experiencia premium en sus tiendas o con una cápsula de café en casa.

  • Rappi, la super app colombiana, se convirtió en un ejemplo de cómo la omnicanalidad redefine sectores completos. Su propuesta integra restaurantes, supermercados, farmacias y servicios financieros en una sola plataforma, mostrando que el consumidor valora la simplicidad de tener todo en un mismo ecosistema.

Estos ejemplos muestran que la omnicanalidad no es un lujo de las grandes multinacionales, sino un requisito estratégico incluso para marcas locales que buscan relevancia en la vida diaria de los consumidores.

La experiencia como ventaja competitiva

El consumidor actual no distingue entre un canal físico y uno digital: espera continuidad. Si un cliente inicia la compra de un electrodoméstico en una página web, desea poder recogerlo en la tienda más cercana o recibirlo en su casa con el mismo nivel de servicio. Si reclama en redes sociales, espera que la solución sea reconocida también en la tienda física.

En este sentido, la omnicanalidad se convierte en un diferenciador competitivo, no solo por la conveniencia que ofrece, sino porque construye confianza. Marcas que logran una experiencia unificada elevan la fidelidad de sus clientes y amplían su capacidad de recomendación boca a boca y digital.

 

La omnicanalidad como estrategia organizacional

Es importante subrayar que la omnicanalidad no debe entenderse únicamente como una estrategia de ventas o de marketing digital. Su verdadero alcance es organizacional, pues implica repensar procesos logísticos, sistemas de información, gestión del talento y cultura corporativa. Una empresa que adopta este enfoque debe garantizar que cada área —desde la cadena de suministro hasta el servicio posventa— esté alineada con la promesa de ofrecer experiencias integradas. En este sentido, la omnicanalidad se convierte en un modelo de transformación empresarial que redefine no solo cómo se vende, sino también cómo se produce, se distribuye y se atiende al cliente en su totalidad.

Retos de la omnicanalidad en nuestro país

Aunque el concepto es atractivo, su implementación enfrenta desafíos significativos en la región:

  1. Infraestructura tecnológica: muchas empresas aún carecen de sistemas integrados de información que permitan rastrear al cliente en todos los puntos de contacto.

  2. Cultura organizacional: adoptar la omnicanalidad requiere romper silos internos y promover equipos que trabajen de manera colaborativa.

  3. Accesibilidad y conectividad: en mercados donde el acceso a internet no es homogéneo, la experiencia debe diseñarse pensando tanto en consumidores digitales como en quienes aún prefieren el canal físico.

  4. Datos y privacidad: aprovechar la información del cliente de forma ética y responsable es clave para que la omnicanalidad no solo sea eficiente, sino también confiable.

Reflexión final

La omnicanalidad es más que una tendencia: es una capacidad estratégica que define la sostenibilidad de las organizaciones en la economía digital. Formar profesionales capaces de liderar estos procesos implica comprender no solo las herramientas tecnológicas, sino también los cambios culturales, sociales y económicos que subyacen a esta transformación.

En Colombia, esta evolución ya está en marcha. Marcas como Juan Valdez y Rappi demuestran que, con innovación y visión estratégica, es posible construir experiencias omnicanales que generen valor tanto para el consumidor como para la empresa. El reto está en que más organizaciones, grandes y pequeñas, se atrevan a dar este salto.

La Universidad Cooperativa de Colombia reconoce la omnicanalidad como un tema central para el futuro de la gestión empresarial. Integrar estos enfoques en el debate académico y profesional es una manera de preparar líderes que no solo respondan a las demandas actuales del mercado, sino que impulsen la transformación hacia modelos de negocio más integrados, sostenibles y centrados en las personas.

 

Autor: 

John Hernández

Profesor de la Especialización en Gerencia de Mercadeo de la Universidad Coopertiva de Colombia, campus Montería. 

Líder comercial y de Trade Marketing con capacidad de liderar proyectos estratégicos a través de equipos de alto desempeño, data análisis y desarrollo digital

Con liderazgo en equipos multidisciplinarios, desarrollo de unidades de negocio y construcción de sinergias estratégicas con stakeholders clave.​

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