Este espacio nace de la necesidad de pensar la práctica clínica más allá del manual, más allá de las estructuras rígidas, apostándole a la formación de psicólogos y psicólogas capaces de habitar la escena clínica con sensibilidad, responsabilidad e implicación profesional. En palabras de algunos de los asistentes, este curso representa una oportunidad para "dejar de sobrevivir profesionalmente", para "prepararse con curiosidad" y para aprender desde los casos reales, las preguntas compartidas y el deseo genuino de hacer diferencia en los territorios donde intervienen.
Durante los primeros encuentros, se abordaron temas fundamentales como el rapport, la transferencia y la repetición, a partir de situaciones clínicas reales que permitieron anclar los conceptos a contextos diversos, en especial aquellos marcados por la complejidad social, las violencias y los conflictos entre enfoques de intervención.
Las motivaciones de quienes decidieron hacer parte del curso reflejan una búsqueda profunda de preparación y sentido profesional. Estudiantes y egresados de la UCC y de otras instituciones que compartieron su deseo de estar mejor preparados para las prácticas clínicas, de acompañar con mayor solidez a personas que enfrentan sufrimientos complejos, y de construir un rol clínico que no sea neutral ni anestesiado, sino implicado, vivo, éticamente posicionado.
El curso se convierte así en una espacio de formación, donde no solo se transmite conocimiento, sino que se habilita la palabra, se habilita el deseo y se construye una clínica despierta.
“Una clínica que no se abre al mundo es un dispositivo anestésico”.
Este espacio académico es una apuesta por descolonizar el inconsciente, por formar profesionales que reconozcan que no hay neutralidad posible y que la escena clínica es también un lugar donde se disputa el sentido, la escucha y la imaginación.
Desde el programa de Psicología de la UCC Popayán, se extiende la invitación a quienes deseen sumarse a este proceso formativo.