Con corazones llenos de entusiasmo y acompañados de un equipo maravilloso, nos trasladamos al Hospital Geriátrico y Ancianato San Miguel para compartir la Novena de Navidad, haciendo de esta jornada una experiencia inolvidable junto a los abuelitos y abuelitas que allí residen.
Llevamos con nosotros el espíritu navideño, colmando cada espacio de calidez, risas y esperanza. Las palabras compartidas, las canciones entonadas y los gestos de cariño crearon un ambiente en el que la alegría se percibía en el aire y las sonrisas iluminaban todos los rincones del lugar.
Fue un momento que tocó el alma, rodeado de abrazos y miradas de gratitud. En ese momento, comprendimos lo valioso que es dedicar tiempo a quienes más lo necesitan, transformamos un día común en una celebración que quedará grabada en los corazones de los abuelitos y abuelitas, y en los nuestros también.
Esta experiencia nos recordó que la solidaridad no es solo un acto, es una manera de ser. Juntos, comprobamos que el amor y la generosidad son las fuerzas que nos unen y nos hacen más humanos.
Que este espíritu navideño siga iluminando nuestro camino, inspirándonos a crear un mundo donde el amor y la solidaridad sean siempre los protagonistas.