Es como hacer la tarea de releer y analizar, desde allí, parte la reflexión que hoy en una jornada de cuatro horas nos lleva encontrar el verdadero significado de la obra El Principito y a reencontrarnos con ese yo interior que le da significado a todo lo que sentimos, decimos y hacemos; esta experiencia introspectiva es el primer paso para que renazcan los sueños y nos transportemos en cada minuto del saber al verdadero objetivo de la academia.
Repensar en el modelo educativo crítico con enfoque en competencias, y conjugarlo con esta gran obra literaria de Antoine de Saint-Exupéry, nos lleva a reflexionar sobre la necesidad de leer y estar despiertos, despiertos en ese sentido crítico, capaces de captar y escudriñar en cada palabra, en cada respiro el significado de la vida, el sentido de aprender, porque aprender para cada ser humano es diferente, y subjetivo porque a pesar de asistir a la misma clase, en el mismo salón y momento, con el mismo maestro, el aprendizaje es subjetivo y está basado en las vivencias y experiencias de cada cual por eso los resultados son tan diversos y diferentes.
Durante la charla, Luis Eduardo Valencia, nos lleva a preguntarnos ¿por qué nos leen libros para dormir? si cuando leemos un libro deberíamos estar más despiertos para indagar, y recordar, porque los signos, puntuaciones y expresiones de cada texto nos envuelven a un mundo maravilloso, irrepetible donde la imaginación se nutre de nuevas preguntas, es tal cual como la receta de ese postre perfecto cargado de frutas que hoy quieres preparar para evocar momentos únicos en familia.
Los libros son la llave que te abre las puertas a un nuevo imaginario, que nos lleva a preguntarnos si estamos construyendo un mundo mejor para las próximas generaciones, si con lo que hacemos trabajamos mancomunadamente para edificar un mundo que podamos cohabitar, ¿qué estamos haciendo para mejorar el planeta, desde nuestra labor diaria, desde el rol que nos correspondió en este instante?
Para lograr esta conjugación de saberes, debemos reconocernos en el otro, en sus necesidades, y volvernos responsables desde la academia de las experiencias de los que hoy confían su saber en la Universidad Cooperativa de Colombia, de esta manera desde la reflexión de cada integrante de la institución, se construye confianza en el otro y en el conocimiento se fabrica de la mano de las vivencias del equipo de profesores y estudiantes.
En esta jornada donde se invita a preparar el corazón para los grandes retos se hace un homenaje a los maestros, aquellos que nos enseñaron las primeras letras, nos dieron las herramientas para armar la primera oración y encendieron esa chispa para continuar el camino del aprendizaje.