Especies y territorios

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    Aqua: el proyecto que hace posible el agua potable para comunidades vulnerables

    Poblaciones del centro de Colombia y del norte de Nicaragua aprenden a tratar el líquido gracias a esta investigación.

    Por Cristina Esguerra Miranda  

    En el estanque, cubierto de algas, Fabián sumerge una botella. La llena, con sumo cuidado, mientras sus compañeros de labor lo esperan. Le lavarán manos y brazos con alcohol, a pesar de usar guantes. El líquido podría tener cianobacterias, un peligro. “Ya encontramos una en el río Combeima y es potente —le dice el ingeniero Óscar Ospina—. Uno va conociendo las aguas y va sabiendo qué organismos vivos y metales pesados pueden contener”. En este lugar del Tolima, los investigadores realizan un trabajo que ha resultado vital para comunidades del centro de Colombia y del norte de Nicaragua. Su esfuerzo puede determinar el acceso al agua potable.

    Es martes por la tarde. Los ingenieros del proyecto Aqua de la Universidad Cooperativa —Óscar Ospina, Óscar Cardona, Juan Pablo Leyva y el estudiante y jefe de laboratorio, Fabián García— aprovechan que, en estos días de enero de 2023, aún no arranca el semestre académico. Habían salido de su sede en Ibagué rumbo a un predio operado por la Facultad de Veterinaria. Aqua ha logrado reconocimiento dentro y fuera de la Universidad por la exitosa técnica inventada por los ingenieros para potabilizar aguas y el decano de veterinaria les había pedido revisar las fuentes hídricas de este terreno. Algunos animales se estaban enfermando. 

    En épocas de sequía, el suministro del acueducto no alcanza y han debido recurrir a otras fuentes. “El ganado aguanta más carga parasitaria que el ser humano, pero se debe cuidar su consumo de agua”, dice Lilian Bonilla, profesora de biotecnología de la reproducción. Las temporadas secas abren para los ingenieros la pregunta sobre el origen de las aguas alternas y sus características. Piden un recorrido. Toman muestras del acueducto, visitan cocina y otras instalaciones, observan una piscina, y cruzan un potrero antes del estaque cubierto por algas verdes. 

    Con las botellas llenas regresan al laboratorio y refrigeran las muestras. 

    El laboratorio de Aqua está equipado con aparatos e instrumentos para lograr alta precisión y con materiales investigados y manipulados durante años por los ingenieros y sus estudiantes. Aquí están una nevera de conservación de muestras, medidores de contaminación, balanzas de precisión muy exactas para gramajes ínfimos y, entre otras, herramientas para analizar de manera simultánea cuatro cantidades de una sustancia coagulante en muestras del mismo tipo de agua —así detallan cuánto es preciso aplicar—.  

    Frente a los ventanales que llenan de luz el lugar, permanecen exhibidos varios prototipos Aqua —dispositivos creados por el proyecto en sus distintas etapas y utilizados en geografías y comunidades diversas—. La magia de estos potabilizadores radica en la minuciosa investigación hecha por los ingenieros para saber cuáles son los mejores materiales naturales para purificar el agua, su experiencia y conocimiento acumulados al momento de aplicarlos a un caso concreto, y un diseño sencillo pensado para hacerle al usuario la vida más fácil. 

    El agua de determinada fuente se deposita en un recipiente con grifo, se revisa su grado de turbiedad según la tabla gráfica de los ingenieros para definir cuánto coagulante aplicar, se vierten sobres de coagulante en un pequeño frasco con agua y este se agita rápidamente durante un minuto. El contenido del frasco se derrama en el recipiente, se mezcla durante un tiempo variable según la condición del agua y, luego de otro lapso más, las partículas contaminantes se han pegado y se decantan. “El coagulante hace entre el 70 y el 95 por ciento del trabajo de potabilización”, especifica Leyva.  

    Terminada esa etapa, se abre la llave del recipiente. El agua pasa a través de barreras de filtración, de adsorción y de intercambio iónico, dependiendo del grado y el tipo de contaminación. “Cada agua tiene su huella dactilar y requiere una filtración específica”, precisa Leyva. El diseño de filtros para cada tipo de agua les da a los prototipos Aqua una ventaja frente a las grandes plantas de tratamiento. Por último, el agua potable sale a través del último grifo de la tubería. 

    “Construimos este sistema pensando en las poblaciones vulnerables de Colombia. Queremos mejorar su calidad de vida con una tecnología fácil de usar, portátil y de materiales conocidos”, explica Cardona. Los prototipos de Aqua son de bajo costo y larga vida.  ​


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    Perseverancia, investigación, ingenio, compromiso… Años de labores han hecho posible un dispositivo para purificar el agua, para dar acceso a un líquido potable a comunidades vulnerables.
    Un antes y un después. Óscar Ospina, ingeniero, muestra el agua turbia y cómo queda después del tratamiento Foto: Alexandra Ruiz Poveda — Semana
    El proyecto Aqua empezó hace poco más de 15 años. Ospina, Cardona y Leyva estudiaron productos naturales cuya efectividad para tratar aguas hubiera sido probada en distintos países. Experimentaron en laboratorio y determinaron qué sería mejor para las aguas del trópico. Analizaron la moringa —cuya semilla en polvo sirve como coagulante—, el samán y algunos tipos de cactus, entre otros. 

    Con la necesidad de las comunidades como norte, construyeron el potabilizador Aqua 1. “Los resultados eran muy buenos, pero nadie creía en el proyecto. Les parecía inverosímil potabilizar aguas turbias con un aparato tan sencillo”, cuenta Ospina. Para ganarse la credibilidad de la gente lo postularon a premios nacionales e internacionales: en 2009 recibieron la Placa Académica del Centro del Agua del Trópico Húmedo Para América Latina y El Caribe-Cathalac y Unicef; un año después, Naciones Unidas los ubicó en la categoría Best Practices en su programa mundial ONU-Hábitat; en 2011 ganaron el premio ECIciencia Davivienda y en julio de 2022 la Superintendencia de Industria y Comercio le otorgó a la Universidad Cooperativa la patente de invención. Esto les ganó el respeto de sus pares, aumentó la confianza de las personas en el proyecto y dio vuelo a los ingenieros y a la Universidad para pensar a gran escala. 

    Era ese, exactamente, su anhelo cuando imaginaron crear una tecnología para facilitar a muchas personas el acceso al agua potable. 

    En el mundo, ese es un problema gigante. Según el Informe de Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos de 2021, el número de personas sin acceso directo al agua potable, segura, supera los 2 mil millones. Y hay más: 80 por ciento de las aguas residuales de industrias y municipios son vertidas en la naturaleza sin ningún tratamiento previo y 50 por ciento de la malnutrición se debe a falta de agua, saneamiento e higiene. En América Latina, la dotación de agua per cápita cuadruplica la media global. Sin embargo, la proporción media de aguas residuales tratadas de forma segura está por debajo del 40 por ciento y alrededor de una cuarta parte de los tramos fluviales presenta “contaminación de distintos patógenos”. 


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    Ingenieros, estudiantes, academia, aliados y usuarios. Una cadena ligada por el agua, así como están ligadas las fuentes del líquido, su tratamiento para consumo y su manejo residual.
    Juan Pablo Leyva y Óscar Ospina, ingenieros del proyecto Aqua con uno de sus prototipos Foto: Alexandra Ruiz Poveda — Semana

    El equipo de Aqua conoce ese reto. Sigue apostándole a cambiar la vida de comunidades rurales y urbanas, un potabilizador a la vez. Han construido cinco prototipos para tratar el agua de diferentes regiones; los últimos dos, Aqua 4 y Aqua 5, con capacidad para filtrar hasta 120 litros por cada uso. Su trabajo ha beneficiado —sin cobro— a cerca de 2.500 personas en los departamentos de Tolima y Cundinamarca. Los ingenieros y la Universidad Cooperativa han forjado alianzas con las administraciones municipales de Ibagué, Rovira, Coyaima y Roncesvalles, con la Empresa Ibaguereña de Acueducto y Alcantarillado, con la Sociedad Colombiana de Ingenieros y con empresarios privados, entre otros, para entregar prototipos de Aqua y seguir acercándose a la meta: que los colombianos sin posibilidades de un líquido de calidad tengan acceso a agua potable. 

    Fue en 2016 cuando el proyecto adquirió una perspectiva regional. Un correo del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza-CATIE en Nicaragua les pedía un prototipo para potabilizar el agua de consumo de comunidades del norte del país. “Es una zona muy deprimida, las personas sacan el agua de unos estanques verdosos”, asegura Ospina. Viajaron financiados por COSUDE-Cooperación Suiza en América Central, analizaron el agua y construyeron un potabilizador que la comunidad bautizó como Maraqua. “Eran bastante escépticos y solo 30 familias quisieron la tecnología. Sin embargo, poco después, nos llamaron para pedir 150 más. Nos contaron que una persona había robado el Maraqua de su vecino y este, indignado, había ido a reclamarlo con machete en mano”, recuerda Ospina. 

    Seis años después de estar en Nicaragua, Aqua amplía, ahora, su panorama. Los ingenieros planearon estar en Quebec, en marzo de 2023, en una reunión con Manuel J. Rodríguez —profesor de la Universidad de Laval y director del Centro de Investigación sobre Agua— y con Caetano Dorea —profesor de la Universidad de Victoria e investigador posdoctoral del Centro de Salud Medioambiental—. El objetivo ha sido desarrollar un nuevo prototipo Aqua.  

    —Un prototipo más avanzado —dice Ospina con emoción.  

    Sus primeros usuarios serán comunidades del norte de Canadá, donde dejaron de consumir agua del acueducto porque les sabía a cloro. “No pensé que el prototipo llegara a Canadá, un país donde el acceso al agua potable se cumple como un derecho fundamental”, añade. ​


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    En Colombia, rica en aguas, que 2 mil millones no tengan acceso a líquido potable en el mundo suena raro. Pero, aún en nuestros territorios, poblaciones enteras sufren por suministro y calidad.
    Laboratorio Aqua — Universidad Cooperativa de Colombia Foto: Alexandra Ruiz Poveda — Semana

    Ambos equipos de especialistas tienen pensado llevar a cabo investigaciones en Ibagué y en sus alrededores. “Ellos tienen una técnica nueva para detectar contaminantes emergentes; con financiación aprobada por el gobierno de Quebec, vamos a hacer exploraciones y análisis en la zona rural cercana”, explica Ospina. Mientras tanto, el actual jefe de laboratorio de Aqua, Fabián García, se prepara para iniciar una pasantía en Laval, junto a Rodríguez, y una maestría en la Universidad de Victoria. “Hace unos años se llevaron a Cristian, hermano de Fabián. Hoy es su jefe de laboratorio y empezó su doctorado en la Universidad de Laval —dice Ospina—. Es un reconocimiento a los estudiantes que estamos formando”. 

    El desarrollo, en Aqua, es permanente. Se nutre del conocimiento de Ospina, de Cardona y de Leyva y de las investigaciones de los estudiantes. Para su tesis de grado, Fabián estudió la presencia de hierro y manganeso en las fuentes hídricas de algunos municipios del Tolima, antes y después del tratamiento en plantas.  

    En 2023 podría sumarse una alianza con compañías privadas para llevar potabilizadores a todo el país. Existen ya, también, solicitudes de entidades públicas. La idea está ahí. El flujo de iniciativas e inquietudes no se detiene. Aqua vive alerta. ​


    Editor de contenido ‭[6]‬

    ​Quien no tiene el agua, sabe lo que vale 

    Editor de contenido ‭[2]‬

    ​Pronto, quizá más pronto de lo que esperamos, llegue e​l día en el que el agua cueste más que cualquier mineral o cualquier recurso natural y sea, para pueblos enteros, casi imposible conseguirla. Nos lo dicen análisis profundos y ficciones crudas. Lo vemos en series y en cine. Lo que poco sospechamos en buena parte de Colombia, país rico en aguas, es que esa es una realidad para muchas comunidades vulnerables hoy, no solo en nuestros suelos. Dos mil millones de seres humanos, en el planeta, sufren por el acceso al agua potable, de calidad. Por eso, este tema es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. El proyecto Aqua (ver historia en texto) logra hacer potables aguas turbias para comunidades enteras. Un rápido vistazo a detalles de su laboratorio.